Lo que llegó a Canarias fue la cola de la tormenta tropical Delta, de la que casi todo se ha dicho ya. Por aquí no se había visto nada igual en asunto de vientos, pese a que cada año tenemos temporales de diversa intensidad. Vistas las secuelas que ha dejado lo que sólo fue la cola de la tormenta, no puedo quitarme de la cabeza el pensamiento de lo que hubiera sucedido si el Delta hubiera pasado de verdad por las islas y de cómo sería un huracán de verdad, como los que azotan las cálidas aguas del Caribe.
Muchos se hacen esta misma pregunta. La cuestión del cambio climático y sus causas está en la mesa y va a seguir estando durante los próximos meses en Canarias. En poco tiempo hemos sufrido varios episodios de esos que los meteorólogos llaman "fenómenos meteorológicos adversos". Bastante adversos por cierto: ríadas, tormentas tropicales, fríos y calores extremos que nos chafan el eslógan de "Canarias, naturaleza cálida" al tornarla gélida, tórrida o destructora.
Como no podía ser de otro modo, la cola del Delta ha traído su cola. Y lo que vamos a ver los próximos días. Echale hilo a la cometa, que se dice. Por lo pronto, algunas colas.
La magnitud de los destrozos del Delta en las instalaciones eléctricas de Tenerife, que ha dejado a cientos de miles de hogares sin luz durante 3 días y, 4 días después aún no la ha restablecido al 100%, ha dejado bien al descubierto su vergonzoso estado de descuido y obsolescencia. En la web del
Foro Ciudadano contra la incineración de residuos aparecen elocuentes fotos de las torres eléctricas abatidas por el viento, no debido a su fuerza sino al ruinoso estado de las instalaciones. Los plásticos de los invernaderos aparecen intactos y las torres retorcidas y partidas.
Las autoridades se han apresurado a culpar a la empresa, Endesa (la antigua Unelco que Canarias heredó de los ingleses), a fin de desviar la creciente ira ciudadana hacia un cabeza de turco lo más lejos posible de ellos. De repente, salta Miguel Zerolo, de ATI-CC y alcalde de Santa Cruz de Tenerife, diciendo que Unelco-Endesa lleva años sacando pasta gansa en Canarias y no ha invertido en la conservación de las infraestructuras. La alcaldesa de La Laguna, también ATI-CC, ha dicho por su lado que el trato por parte de la eléctrica ha sido indignante. El presidente del Gobierno regional, Adán Martín, del mismo partido, el señor que nos prometió la felicidad a comienzos de la legislatura, anuncia a Unelco-Endesa que "ha llegado la hora de que asuma su responsabilidad".
Está muy bien eso de pedirle responsabilidades y armarle la bronca a la eléctrica por el completo abandono de las infraestructuras en las islas, pues no sólo en Tenerife las tiene en ese estado ruinoso. Pero nuestras autoridades también tienen sus responsabilidades. Y el descuido de esas responsabilidades ha quedado también al descubierto con el paso de la cola del Delta. Algunos periodistas ya lo han denunciado, como José Alemán,
El 'Delta' y el tercermundismo o Francisco J. Chavanel,
Los patriotas y Unelco/Endesa.
En otros foros, como Antonio en
esceptican, se preguntan por qué, si ya se sabía desde la tarde del domingo lo que se venía encima, no se avisó a la población ni se tomaron todas las medidas de protección necesarias. Si el Instituto Nacional de Meteorología hadía dado el aviso desde la mañana del domingo y Protección Civil estaba al tanto de esa información ¿por qué sólo se suspendieron las actividades de colegios y universidades en la tarde del lunes, cuando la tormenta estaba ya cerca? ¿Por qué seguían abiertos los centros comerciales, lo que hizo que se quedarán atrapados en ellos empleados y clientes? ¿Por qué los bares y los comercios sólo cerraron cuando se fue la luz y el viento caliente ya estaba encima desatando todo su furor? ¿Por qué no se informó y se alertó a la población adecuadamente y con suficiente antelación? ¿Por qué no se suspendieron tanto los vuelos como las travesías marítimas? Los servicios de protección civil no estuvieron a la altura de su responsabilidad en materia de prevención.
Y sobre todo: ¿por qué estaba el presidente del Gobierno, Adán Martín, que hoy amenaza a la eléctrica, la tarde del lunes en Madrid dando una conferencia en el foro de la nueva economía, cuando ya se sabía lo que amenazaba a las islas? Don Adán, que nos prometió la felicidad, podía habernos llevado a la mayor de las desdichas a poco que la tormenta hubiera seguido su trayectoria inicial y hubiera pasado su ojo en vez de su cola por el archipiélago. ¿Tan importante era esa conferencia sobre la tricontinentalidad atlántica, macarronésica y ultraperiférica y sus nudos y puentes estratégicos que, conocida la información meteorológica, no pudo posponerse para otro día y estar el Presidente en las Islas, al frente de lo que se avecinaba y ejerciendo sus responsabilidades? El Presidente fue víctima del Delta pues su vuelo de vuelta a Tenerife-Norte tuvo que ser desviado a Tenerife-Sur, y en ese aeropuerto quedó atrapado con el resto de los pasajeros, aunque no pernoctara con ellos en un bar desabastecido y con los precios aumentados súbitamente, de ser ciertos los testimonios de los allí atrapados.
El Gobierno y su presidente tienen muchas responsabilidades de cuyo descuido habrán de dar cuenta a la ciudadanía. El Presidente por abandonar las islas conocida la alerta de un temporal desconocido en estas latitudes cuyas consecuencias podían al menos preverse o temerse, pues hay conocimiento meteorológico suficiente sobre esos fenómenos "adversos". Las consejerías del Gobierno por no haber estado vigilantes con Endesa-Unelco, no ahora, sino desde hace más de una década. No sólo doña Marisa Tejedor, que acaba de llegar como quien dice, sino todos los Consejeros de Industria desde los inicios de la autonomía. La prensa local, como era de esperar, ha seguido el juego al Gobierno y carga las tintas contra Endesa al tiempo que silencia la parte de la culpa que le toca al Gobierno.
Sólo han empezado a asomar las colas de la cola del Delta. Todos hemos aprendido mucho con él. Hay mucho carrete del que tirar.