Parece que estamos hablando de cosas muy relacionadas.
Por una parte, el caso de la Constitución americana y su uso por parte del juez Dover, que mereció un pequeño homenaje en este blog porque no estaba en condiciones de dedicarle más tiempo y espacio. Ello tiene que ver con el cuestionamiento, desde posiciones religiosas, de la teoría darwinista aduciendo argumentos pseudocientíficos como la peregrina hipótesis del diseño inteligente. Y la enseñanza de tal disparate en algunas escuelas estadounidenses y su posible generalización, dado el apoyo del stablishment político encabezado por el nefasto George Bush hijo.
Por otro, el caso español, donde la situación es distinta, pues se trata de impartir enseñanza religiosa católica en la escuela pública a cargo del estado, es decir, de los contribuyentes sean éstos creyentes católicos o de otra fe, o sean ateos o agnósticos. A mí, como a SK y a Sara, me gustaría que nuestra constitución fuera un poco más tajante y dejara bien clara la naturaleza laica y aconfesional del estado y de la enseñanza -pública y privada.
Otra cosa distinta es el fenómeno religioso que a mí me llama la atención como socióloga aunque no me dedique a él profesionalmente. Los clásicos de la sociología siempre señalan la dimensión religiosa de muchas acciones humanas, con independencia de la organización eclesial de las creencias de naturaleza religiosa. Lo religioso es lo numinoso, lo carismático, lo sagrado, que tiene que ver con la vida y la muerte. Atributos todos ellos que nos gusta, siempre y en todo lugar, otorgar a ciertas ideas, a ciertos lugares, a ciertos objetos y a ciertas personas. Los ritos, las solemnidades, las cosas trascendentes para nuestras culturas y nuestras vidas. Esa dimensión toma múltiples formas sociales y se organiza de muchas maneras, con distintos grados de generalidad y de poder, con distintos cuerpos de dogmas, doctrinas, ritos y preceptos morales, con diferentes grupos de "profesionales" encargados de ideas y de prácticas religiosas.
Esa dimensión es diferente a lo que se habla de la 'derecha religiosa' o de las guerras entre religiones -o religión en general- y ciencia como sistemas alternativos de conocimiento.
Es un tema que me apasiona y en el que le debo mucho a mi maestro, Salvador Giner. Su libro, Carisma y Razón, me parece muy rico en esto. A ver si un día le puedo dedicar un espacio. Cuando se me pase el vértigo.
Por cierto: parece que se han contagiado más psicótapas con lo de ir quemando mendigos con líquido inflamable. Espero que la justicia sea implacable con ellos.
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