Hay un bicho, llamado ´picudo rojo´, que ataca a la palmera canaria y que no tiene remedio conocido. Hace tiempo que se detectó su presencia en las islas, procedente de la importación de palmeras ya afectadas por él. Se dió la voz de alarma, se hicieron estudios, pero no pasó nada. Hoy, cuando la cosa es mucho más grave, ha salido un decreto por el cual se prohíbe en Canarias la importación de palmeras foráneas. Parece que es tarde ya para esas medidas que tenían que haberse tomado mucho antes.
Angel Tristán Pimienta, dedica hoy su editorial
Ya se había advertido al asunto. Dice Tristán:
Ahora la Consejería de Agricultura ha decidido prohibir las podas.... Miren por donde, uno de los consejos que desde el principio han dado los jardineros y los especialistas. La moda de la poda modelo gallo kíkere es fatal, entre otras razones porque el instrumento utilizado, el hacha o la sierra, o la hoz, lo que sea, puede servir de vehículo propagador de la infección. Los viejos lo han aconsejado desde antiguo: "sólo hay que retirar la palma seca, la amarilla". Las otras deben formar copa.
Pues no se ha hecho. Como tampoco se ha presionado a Madrid para que prohíba determinadas importaciones, tanto de plantas y árboles como de animales. Precisamente por la singularidad del Archipiélago. Y no será por falta de advertencias: ¿cuánto hace que se está diciendo que hay que parar las adquisiciones indiscriminadas de palmeras en el exterior?, ¿cuánto hace que se ha dicho que es precisa una mayor vigilancia fitosanitaria en los muelles y aeropuertos?
La culpa, me atrevo a predecirlo, será de los botánicos por detectar esas horribles enfermedades que destruyen nuestra cálida naturaleza y será de los biólogos por no saber qué hacer con ese demonio de “picudo rojo”. En otro sitios, como Valencia y Andalucía, hay ya cuadrillas enteras de unas cien de personas luchando contra este nefasto bicho. En Canarias, si hacemos caso a la denuncia de Ben Magec que recoge hoy
Canarias 7 sólo hay 5 personas para luchar contra
todas las plagas.
Contra la plaga que suponen nuestras incompetentes autoridades ¿hay alguien luchando? ¿Hay “sinvergüencidas” disponibles?