Meléndez, asesorado por el ex Fiscal general del Estado, Eligio Hernández, se ha puesto fuera de la ley al parecer. Se ha creado un tremendo embrollo jurídico que sirve para que Meléndez siga llevando a cabo sus curanderiles prácticas de recetar -y vender, sobre todo vender, que de eso se trata: de hacer negocio- los polvos milagrosos para todo mal imaginable: obesidad y sobrepeso, diabetes, calvicie, impotencia, artrosis y todo lo que se quiera añadir, porque hemos visto citadas también la parálisis cerebral e incluso el autismo.
La Consejería de Sanidad y la Agencia Española del Medicamento consideran que los factores 1 y 2 de Meléndez (que aquí llamamos 'polvos' porque así se les conoce popularmente y para abreviar), están funcionando como medicamentos y no disponen de autorización para ello, por lo que son ilegales. Meléndez y su abogado dicen que son 'complementos alimentarios' que no 'curan' sino 'ayudan a mejorar' y que, por tanto, no se trata de medicinas sino de alimentos y que, como tales alimentos o suplementos alimentarios, sí están reconocidos y son legales. Por ello, no aceptan la prohibición de vender los polvos y han recurrido el expediente de la Consejería de Sanidad del que informamos
aquí .
La Ministra de Sanidad, Elena Salgado, ha sido tajante en considerar que hay que ctuar con rigor, como recoge un despacho de la agencia EFE que recogen distintos periódicos: "la Agencia del Medicamento y la Alimentaria deben ser "muy exigentes" porque "cuando a algo se le atribuyen propiedades medicinales se juega con las expectativas" del ciudadano. Advirtió de que sólo "es medicamento lo que califica" como tal la Agencia nacional, y los complementos nutricionales no lo son," Por ello, a instancias de la Agencia del Medicamento, la Consejería de Sanidad ha abierto un
expediente informativo donde se le insta "cautelarmente" a Meléndez a que deje de vender los polvos y ha abierto un
expediente sancionador que aún no se ha resuelto, es decir, que sigue abierto. Meléndez ha dicho que nones, ha recurrido y sigue actuando como si tal cosa, amparándose en que sus polvos son complementos alimenticios tal como le dice Don Eligio que diga.
El director general de Farmacia del Servicio Canario de Salud de la Consejería de Sanidad, Alberto Talavera, ha dicho, según informa
La Provincia/Diario de las Las Palmas, que "El doctor Meléndez parece que ha hecho caso omiso a esa resolución administrativa que está en su poder desde hace unos 15 días más o menos, y nosotros esperamos que la cumpla. En caso contrario, tendremos que proceder a inmovilizar el producto allí donde se encuentre. Estamos estudiando con los asesores jurídicos las acciones a emprender sobre el origen del mismo. No sabemos en qué país fabrican la materia prima, pero, en cualquier caso, sabemos qué empresa en Madrid procede a su envasado",
Y así está el lío jurídico. Pero al fin la Consejería de Sanidad hace un llamamiento a los consumidores de los polvos de Meléndez. "El director regional de Farmacia hizo hincapié en que no es recomendable que los ciudadanos se administren este tipo de productos e instó al profesor Meléndez a que "sea civilizado y obedezca, tan sólo por un principio de precaución, a las autoridades administrativas, que tienen bien fundamentadas su decisión"."
Respecto al recurso presentado por Meléndez de manos de Eligio Hernández, Talavera ha sido tajante: "El recurso se estudiará, pero tienen que acatar de forma inmediata la suspensión porque entendemos que dicha sustancia es un medicamento, porque todo aquello que se use en seres humanos con el fin de restaurar, corregir o modificar funciones fisiológicas, ejerciendo una acción farmacológica, inmunológica o metabólica, es un medicamento por definición, y si ese medicamento no está inscrito en el registro de medicamentos de la Agencia Española no puede tener la autorización de comercialización y, por lo tanto, es un medicamento ilegal",
Ni siquiera puede escudarse Meléndez en sus supuestos fines de investigación, porque no olvidemos que cuando Meléndez cobra a sus pacientes/víctimas lo hace en concepto de "donación voluntaria a la investigación". Para Talavera, lo de los fines de investigación es "todavía más grave porque entendemos que se está celebrando un ensayo clínico no autorizado sobre seres humanos". Y hay sospechas de reacciones adversas a los factores 1 y 2. Y hay casos de problemas clínicos en pacientes diversos en los hospitales.
Lo desgraciado del caso es que las esperadas acciones de la Consejería de Sanidad de Canarias han coincidido con la publicación el domingo pasado, en el suplemento Crónica de El Mundo, de un
publireportaje sobre las excelencias curativas y los milagros de los polvos de Meléndez en boca de Eligio Hernández. La parcialidad del reportaje ya ha sido
denunciada al director de El Mundo. Las declaraciones de Eligio Hernández son de escándalo, pues no se corta un pelo en decir que estamos en la antesala de un Premio Nobel y que Meléndez, sin saberlo, "es el continuador de la línea de investigación que Juan Negrín [presidente de la República] le encargó a Severo Ochoa»".
Como casualmente estuvimos el sábado pasado en una
exposición sobre Severo Ochoa, allí pudimos leer el acta fundacional de la Sociedad Española de Bioquímica (hoy
Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular) en la que se dice: "Se entiende por bioquímico todo aquel dedicado seriamente al estudio de problemas en el campo de la Bioquímica y que está en la situación de poder proyectar su trabajo a una escala internacional". Meléndez lleva más de 6 años sin publicar nada a nivel internacional y sus descubrimientos, que para un jurista como Hernández suponen la antesala del Nobel, no se recogen en ninguna publicación científica internacional ni nacional. Peor aún: contradicen el conocimiento establecido y probado.
Meléndez ha dejado de estar en la categoría de bioquímico según se define en la Sociedad Española de Bioquímica. Además, ha dejado definitivamente la ciencia para dedicarse al lucrativo negocio de la pseudociencia y el curanderismo. El Mundo se ha lucido, pues su frívolo publireportaje ha disparado las ganas de ser tratados por Meléndez de toda clase de creyentes y hambrientos de milagros. Tanto en este blog como en
Evolucionarios se han incrementado las visitas y las peticiones de información, teléfonos y contactos con el chiringuito de Meléndez. No sé si lo que ha hecho Teresa Cruz, autora del publireportaje, es lo que ahora se llama "periodismo de investigación". Más bien podemos dejarlo en la categoría de "periodismo de instigación". Instigación a la pseudociencia y al curanderismo, instigación al consumo de productos milagro, instigación al tráfico lucrativo con la desesperación y el sufrimiento de los enfermos.