Ya denunciamos
aquí en diciembre pasado el ataque racista contra una joven lagunera convertida al Islam por parte de sus vecinas del barrio. Hoy leo en
La Opinión de Tenerife que la misma joven ha sido agredida de nuevo, esta vez por la abuela y madre de dos de sus anteriores agresoras, que tienen dictadas medidas judiciales de alejamiento. La agresora, de unos 60 años, se lanzó contra su víctima en el supermercado del barrio al grito de "mora de mierda ¿qué sigues haciendo aqui?". Afortunadamente, esta vez la agredida sí tuvo ayuda y la agresora fue separada y denunciada a la policía. Ojalá que los jueces sean ejemplares con el castigo. Y que el Servicio Canario de Salud envie urgentemente a sus psiquiatras de guardia a atender a esta familia xenófoba, porque el hecho de que abuela, madre y nieta estén denunciadas por agresiones racistas señala que el mal parece arraigado.