Recogen hoy todos los periódicos de Canarias los resultados de un estudio realizado por una organización de profesores y maestros católicos, llamada "Profesionales por la ética", que sitúan a Canarias en la cola de los resultados educativos de 60 indicadores estadísticos. Abandono, fracaso escolar, retraso en la titulación, tasas de graduados de ESO... en todos esos índices, y más, Canarias puntúa a la cola, acompañada de Baleares y Andalucía.
Estos resultados no son para pedirle al Consejero de Educación que se corte la melena, pues él casi acaba de llegar. El problema es estructural y se remonta mucho más atrás de su aterrizaje casual en este segundo gobierno de la felicidad por mor de la cuota terruñil del exquisito equilibrio. En Educación siempre viene bien alguien que entienda el lenguaje de la izquierda y de los sindicatos, y el posmoderno consejero tenía el currículo adecuado para ello. Por eso, la situación que refleja este estudio trasciende a su paso por la Consejería.
Es cierto que el estudio tiene su sesgo y no es inocente en absoluto, como bien destaca hoy Pomares en su artículo de
La Opinión de Tenerife. La asociación que lo publica forma parte de la patronal de colegios religiosos, lo que la lleva a establecer una correlación (o relación a secas) entre resultados educativos y peso de la educación concertada por la cual a más colegios religiosos, más éxito escolar. No he visto el estudio y no conozco la justificación teórica de este indicador, que parece un traje hecho a medida de los intereses de las empresas educativas católicas. Poniendo más colegios de curas y monjas no se van a mejorar los resultados de la educación en Canarias, aunque quizás los futuros gobiernos de Canarias, que no se han caracterizado últimamente por su interés en la educación pública sino por la obsesión por ahorrar costes como sea, consideren que ésta es una buena idea para quitarse de encima el problema de la educación y, de paso, quedar como campeones de la libertad y de la calidad educativas.
Por lo pronto, suspenden los alumnos, suspenden los maestros y profesores y suspenden los responsables educativos. Nadie ha hablado aún del programa para la recuperación de este suspenso colectivo.