Esta vez, afortunadamente, no se ha agredido a nadie en persona, sino al sentido común humano, que ya es bastante pero es algo más metafísico. La cosa viene, cómo no, del periódico más leído en la isla de Tenerife y, por ello, de un grupo mediático con mucho poder en esta isla tan caciquil.
Dejemos claro desde el principio que un medio de comunicación no necesariamente ha de compartir las opiniones y tesis que viertan los articulistas, colaboradores y ciudadanos en sus páginas. Si un medio es plural, dará voz a esa pluralidad sin necesidad de ser responsable de todas las cosas que se digan desde sus páginas, webs, ondas y TV. La opinión del medio se expresa a través de sus editoriales y de las políticas de edición de los que dirigen el consejo de redacción.
Dicho esto, añadamos que en este caso que comentamos, hay ciertas afinidades, coincidencias, parecidos y similitudes entre ciertas ideas vertidas en las editoriales del periódico y en el artículo que publica desde sus páginas de colaboraciones un conocido personaje de la vida política canaria: don Antonio Cubillo. De él tienen mucho en Internet, e incluso una entrada en la
Wikipedia. Baste decir que fundó el MPAIAC y alineó a las Islas Canarias en los movimientos descolonizadores africanos de los años 70 del siglo pasado. En esa época, me temo, se ha quedado trabado el señor Cubillo.
El artículo en cuestión parece formar parte de una serie en la que don Antonio nos dará a conocer, para su debate público, su propuesta de
Constitución de la República Federal Canaria. Ya hay comentarios en
Kanarias Bruta, en la
Guarida del Dragón y en
Canarias 7, quien, por cierto, ha descubierto un importante filón para el aumento de las visitas a su web cada vez que se hace eco de los editoriales dominicales de su colega tinerfeño.
No voy a recomendar la lectura del parto montuno de don Antonio. Entre otras cosas porque está desempolvando papeles viejos que no tienen relación alguna con el mundo de hoy. Un ejemplo: no se menciona para nada la informática. Todo es anterior a las TIC o nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones. Es una antigualla lo que nos está vendiendo don Antonio.
Pero entre los muchos disparates encerrados en el texto, hay uno preocupante, especialmente por su coincidencia con los editoriales del periódico de referencia tinerfeño: el racismo. Una extraña raza canaria es la que ostenta la soberanía y todos los derechos, mientras que los no canarios son ciudadanos de tercera en esas repúblicas federadas de cada isla (a la de Gran Canaria, por cierto, le eliminan el Gran y la dejan en Canaria, tal como ha ordenado repetidamente el gran jefe mediático). Vean esta perla:
Art. 14) Todos los no canarios que vivan o trabajen en Canarias o que estén obligados a convivir por razones familiares, tendrán un carnet o carta provisional de residente, renovable cada dos años pero no tendrán derecho a votos en ninguna de las instituciones canarias ni podrá ser presidente o director de empresas establecidas en Canarias, asociaciones de vecinos, clubes, periodistas o propietarios de ningún medio de información. El estado se reserva el derecho de admisión o el de no renovación de la residencia, si estuviere incurso con sentencia en causa criminal o administrativa grave. Los casados con ciudadanos o ciudadanas canarios, o padres o madres de canarios tendrán un permiso especial de residencia mientras exista esta situación legal.
Quizás tengan que llevar cosida en la manga una estrella rojigualda que los señale. Lo mismo que hicieron los nazis con los judíos. Lo mismo que propone ese poderoso grupo mediático que se haga con los inmigrantes y los que "oscurecen" la blancura de la Nivaria imperial. Hay muchos que dicen que el dueño y señor de este tinglado de poder está loco y que nadie le hace caso. Nunca lo he creido. Más bien me ha sonado siempre a excusa tranquilizadora para no enfrentar el problema, la típica estrategia de avestruz.
Sepa el señor Cubillo que las proclamas dieciochescas de los primeros artículos de su pseudoconstitución, proclamas que me recuerdan al Siglo de las Luces de Alejo Carpentier, se dan de narices con esa preciosa joya del racismo más brutal. Que Canarias es una tierra africana, nadie lo pone en duda en cuanto que mira un mapa. A diferencia de otros territorios africanos, y para nuestra suerte, pertenecemos a la Unión Europea a través del Reino de España. Esto nos garantiza que nadie va a exigirnos "limpieza de sangre" de ningún tipo, que somos personas con derechos más allá del lugar y la familia de nacimiento.