Claman los pseudos-liberales en este blog contra el aborto, o contra la ley del aborto, tomando el rábano de los delitos cometidos por algunas clínicas abortistas por la hojas de que ZP favorece la impunidad de los asesinatos de bebés. Disueltas ya las marañas de mentiras del 11 M y la autoría etarra, se agarran ahora a cualquier cosa que aumente la crispación y el cabreo como norma de convivencia (in)cívica.
Además, al fin las cifras de la macroeconomía han
alegrado el sombrío panorama electoral del PP, los obispos y las derechas españolas, desde las liberal-conservadoras hasta las reaccionarias y falangistas. Los obispos españoles nos están llenando la cachimba con su desafío a las leyes constitucionales, máxime cuando este desafío
lo pagamos todos y todas vía impuestos, sin que nadie nos pregunte por nuestras creencias y deseos. ZP trata demasiado bien, vía Solbes, a la Iglesia Católica, quizás en justo pago por la publicidad apocalíptica que le hacen las ondas episcopales. Me apuesto cualquier cosa a que no se verá nada de rupturas del santo Concordato en el programa electoral psocialista. Cosa a tener en cuenta cuando en breve pidan el voto útil.
Al menos el malvado ZP ha hecho notables inversiones en ciencia y tecnología, cosa que el aznarato anterior no hizo y, encima, trató de meter los gastos militares como I+D+i, en la mejor tradición de la "innovación cambalachera" que caracterizó sus políticas públicas, dedicadas a engrosar las cuentas de resultados de los bolsillos privados de amiguetes, muy en consonancia con los aires teo-con del otro lado del Atlántico tirando hacia el norte. No se puede decir lo mismo del paulinato soriático instalado en estas islas de Canaria. Se ha crecido alegremente en estos años al calor del neo-caciquismo insularista y algo bananero, y se merece el tirón de orejas que les propinan en la
prensa local. Pero, en honor de la verdad, hay que decir que se ha perdido el tiempo en estos 15 años si consideramos la cosa desde la óptica de lo público y los intereses generales. Si ponemos el foco en lo privado y los intereses particulares, hay muchos, bastantes muchos, que se han hecho millonarios a costa de la famosa cuestión diferencial canaria. La RIC, el REF y otras virguerías jurídico-administrativas han servido para lo que han servido y han dado los resultados esperados: desigualdades, conflictos, anomía, dualización social, ideologías empanádicas... y una desconfianza y un desprestigio de las instituciones públicas y de las fuerzas políticas y sindicales (y eclesiásticas) bastante preocupante.
Job Ledesma lo resume muy bien
hoy:
Porque hoy en día las formaciones políticas no son vehículos para construir sociedades a partir de ciertas ideologías, sino gigantescas maquinarias de colocación y de contratación, perfectas oficinas para la progresión laboral.
Ha empezado 2008. Menos mal que la fiesta de fin de año sirve para recordarlo porque realmente nada ha cambiado por debajo de los innumerables cambios menores de las condiciones de vida globalizadas del capitalismo digital. Ya nadie nombra apenas al
capitalismo que tanto preocupó a Marx y a Weber, entre otros, hace algo más de un siglo. ¿Será que ya no existe y nadie se ha dado cuenta? ¿Será una prueba del triunfo de las deconstrucciones posmodernas de ciertos conceptos y su sustitución por las impresiones solipsistas?