Algo escandalizada anda la opinión pública tinerfeña ante el silencio, no sé si cómplice, de los medios de comunicación de la isla, salvo
La Opinión de Tenerife, respecto al escándalo de Las Teresitas.
Hoy
Pomares habla una vez más de esta omertá impuesta desde los poderes fácticos. Lo hace recordando al maestro Salcedo, de la época ya remota de cuando El Día podía leerse, y sus lecciones de periodismo: "si el gobernador civil viola a una monja, hay que contarlo". Eso, cuando los gobernadores civiles de Franco eran gente de mucho temer.
En plena democracia mediática, en Tenerife sucede que no hay división de poderes. No la hay en la práctica institucional cotidiana. No sólo el Gobierno es el brazo político de la clase capitalista, en rigurosa doctrina marxista del Estado, sino que los medios de producción ideológica están también en manos de la misma clase que domina en lo económico, lo político y lo cultural. Parece el
Marta Harnecker, lo sé, pero las cosas son en Tenerife así de simples.
El alcalde mediático y carismático, acompañado de varios amigos empresarios, políticos y financieros se violan a la Playa de las Teresitas y a los contribuyentes que aportan el dinero público, y no se lee nada de ello en los periódicos de referencia. Ni siquiera
González Jerez, quien se ha retirado de escribir sobre esto. Sin embargo, sabiendo que la gente accede vía Internet a la abundante información sobre el caso que aparece en los medios de la provincia de Las Palmas, especialmente
La Provincia y
Canarias 7, los periódicos tinerfeños dicen que todo es un montaje "canarión" (despectivo usado para designar a los de Gran Canaria y que, paradójicamente, han aceptado muchos grancanarios para autodenominarse), que ZP y el pérfido López Aguilar alias JFL han montado con ayuda del Ministerio de Justicia, para dañar a la isla de Tenerife.
No se informa del levantamiento parcial del secreto del sumario, que revela importantes irregularidades y connivencias entre caja de ahorros, ayuntamiento en pleno y ciertos empresarios del ladrillo voraz. Pero sí se rebaten y se echa tinta de calamar sobre esos hechos en esos mismos medios y "cutretulianos".
Anoche se pudo ver a todos los protagonistas y a sus colegas en la pesadísima gala de la reina del carnaval con la que nos torturó Antena3 TV (fatalmente producida y con las cámaras que parecían montadas en barca en plena marejadilla). Reían y pasaban frío bajo el "cuerno de Adán", que es como mi suegra llama al pico del Auditorio que quieren convertir en símbolo de Canarias. Hoy nos cuentan esos medios que Tenerife "vibró" en la elección de su reina carnavalera. Hermosa muchacha de nombre étnico y la necesidad de olvidar el amargo trago del año pasado. Pero sobre todo la necesidad de ocultar la espada de damocles que cuelga hoy sobre el alcalde y sus amigos.