A estas alturas de la publicidad política, ya no se tiene claro si lo de esta noche va a ser un
debate o un
combate entre los principales aspirantes al trono del poder, "a ocupar la casa del Estado". Los medios de comunicación, grandes mediadores entre gobernantes y gobernados, entre grupos políticos y ciudadanía, llevan calentando motores y generando expectación desde hace días, de tal modo que esta noche todos tendremos un ojo al menos, pero probablemente los dos, en lo que sucede dentro de la "caja tonta" de los "reyes catódicos" hoy devenidos digitales y multimediáticos. Gran debate televisivo pactado, medido, pesado, diseñado, maquillado y milimetrado. A pesar de ello, se espera que uno gane y otro pierda: ZP y MR. Veremos que cada uno de los holdings mediáticos dan al suyo como vencedor en este "duelo de titanes" en directo.
Me ha llamado esta mañana
Radio Ecca en Las Palmas de Gran Canaria para pedirme opinión sobre los debates. No dije nada nuevo. Que en España el hecho de no haberse celebrado debates en 15 años le añade a lo de esta noche un plus de novelería y expectación, a lo que hay que sumar lo polarizada que está esta campaña por lo igualado de las expectativas de voto, lo que viene a significar que hay una importante bolsa de indecisos a la que todos quieren hincar el diente a su modo. Y que si en España estuviésemos más acostumbrados a los debates preelectorales, como están acostumbrados en los países democráticos maduros, éste de esta noche sería más de contenidos y programas que de líderes. Esta noche esperemos que haya ideas, además de llamadas a las tripas ideológicas y los atavismos de "primates poco evolucionados". Si en los últimos 15 años se hubieran celebrado en España debates electorales, quizás tendríamos también a otras caras: la de
Rosa Díez o la de
Gaspar Llamazares.
Lo más probable es que después del debate nos encontremos con dos vencedores y dos vencidos, según lo que sintonicemos y lo que creamos, más creer con fe que creer con razones. De todos modos, la campaña no ha hecho más que empezar y este es un primer combate, perdón, debate, de calentamiento. Hay bastante en juego. Nada menos que el Poder.